domingo, 20 de marzo de 2011

Rebecca Horn una de tantas...Que no saben que es arte...

Rebecca Horn nació el 24 de marzo de 1944 en Michelstadt, Alemania. Es sobre todo una artista de performances e Instalación artística, pero también escribe poesía. A veces su poesía está influida por su obra. Le enseñó a dibujar su institutriz rumana y se obsesionó con el dibujo como forma de expresión porque no era tan limitadora como el lenguaje oral. Viviendo en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial afectó en gran medida al gusto que tomó por el dibujo. «No podíamos hablar alemán. Los alemanes eran odiados. Teníamos que aprender francés e inglés. Siempre estábamos viajando a otros lugares, hablando otro idioma.
Horn pasó la mayor parte de su infancia en internados y a los diecinueve años de edad se rebeló contra el plan de sus padres de estudiar economía y decidió en lugar de ello acudir a la Academia de Bellas Artes de Hamburgo. Un año más tarde tuvo que salir de la escuela de arte porque había contraído un serio envenenamiento pulmonar. «En 1964 tenía veinte años de edad y vivía en Barcelona, en uno de esos hoteles que alquilan habitaciones por horas. Trabajaba con fibra de vidrio, sin marcarilla, porque nadie dijo que era peligroso, y enfermé mucho. Durante un año estuve en un sanatorio. Mis padres murieron. Estaba totalmente aislada». Después de experimentar este «total aislamiento» hasta que sintió que su vida estaba acabada antes de haber comenzado, se marchó del hospital. Aun estaba demasiado enferma, sin embargo, para reanudar la vida como un estudiante o trabajar con fibra de vidrio y poliéster. Tenía que tomar grandes cantidades de antibióticos y dormía muchas horas para tener energía suficiente que le permitiera actuar normalmente. Podía, sin embargo, trabajar con materiales más suaves, y cuando estaba en la cama dibujaba con pinturas de madera (que aún son su medio favorito para dibujar). También empezó poco a poco a salir de su aislamiento autoimpuesto y empezó a crear escultura y extrañas extensiones con madera de balsa y tela. «Comencé a producir mis primeras esculturas corporales. Podía coser tumbada en la cama». Su intención era sofocar «su soledad comunicándose a través de formas corporales».




Cuando Horn regresó a la academia de Hamburgo continuó haciendo cosas tipo capullo y movidas por el estilo. Trabajaba con extensiones corporales acolchados y vendas protésicas. A finales de los años 1960 empezó a crear arte de performances y siguió usando extensiones corporales.
Moises Miranda es lo que tiene que enseña y entretiene.
No se si lo que dice es verdad o mentira...

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